Organizaciones diferentes que comparten la lucha contra la injusticia

[Hegoako Ikastaroa]

POR TERCERA VEZ SE HA CELEBRADO ESTE INTERCAMBIO DE EXPERIENCIAS Y CONVERSATORIOS DESDE EL INSTITUTO HEGOA DE LA UPV/EHU Y  EHNE BIZKAIA

En el marco del curso organizado por Hegoa en colaboración con EHNE-Bizkaia se celebró un conversatorio con el objetivo de abrir espacios de reflexión y debate sobre el origen y la filosofía de diferentes movimientos campesinos de Guatemala, Brasil, Andalucía y Honduras. Se trata de organizaciones que luchan por la tierra, la soberanía y contra las injusticias, con el objetivo de luchar contra el sistema capitalista, como responsable de las desigualdades que combaten.

CONTRA EL MONSTRUO DEL CAPITALISMO

La guatemalteca Josefa Macz inició la exposición sobre su movimiento con una consigna que utilizan en su lucha: «cabeza clara, corazón solidario y puño combativo, de las y los trabajadores del campo». Explicó que es maya, que a su vez se dividen en 23 pueblos con sus culturas y su cosmovisión y que en Guatemala habitan también los pueblos garífonos, los xincas y los pueblos mestizos. «En Guatemala
hemos vivido 36 años de conflicto interno y a partir de ahí, en usa situación de injusticia se empezó a organizar clandes tinamente el Comité de Unidad Campesina», explicó. El periodo de clandestinidad duró seis años, tras lo cual se celebró una asamblea general el 15 de abril de 1978, «se organizó una gran marcha y paro nacional de los trabajadores del campo, caminando durante 8 días, donde se exigía el salario mínimo, el fin de la discriminación hacia los pueblos indígenas y la desmilitarización del territorio». Tras esa protesta se consiguió un aumento del 200 al 300% del salario mínimo.
Desde entonces las marchas han sido una herramienta de lucha del CUC, una organización de hombres y mujeres pluricultural. Sus objetivos son la lucha por la madre tierra que da la vida y «como madre debemos cuidarla, sin explotarla ni contaminarla». La defensa del territorio es otra lucha que lleva a cabo el CUC «porque la madre tierra ni se compra ni se vende, se recupera y se defiende», ante proyectos de megaminería o presas que tratan de expulsar comunidades
campesinas enteras.
Así, en su lucha por «arrancar de raíz la injusticia» el CUC se ha centrado en la recuperación de tierras y la recuperación de la justicia para las comunidades empobrecidas, teniendo claro que «no solo se trata de resistir y oponer, también hacer propuestas». En esa línea se celebró en en 1998 el primer congreso campesino donde se inició el camino para diseñar un plan estratégico que se centra en la formación, la comunicación, la equidad de género y la solidaridad. Estos planes estratégicos se diseñaban en un principio con una vigencia de 5 años, aunque desde hace tres años se ha prolongado su duración a 20 años, «porque las transnacionales vienen para largo plazo y en esa coyuntura se debe aplicar la lucha contra el monstruo del capitalismo». De hecho, estas empresas transnacionales ya expulsaron en su día a las comunidades hacia las montañas, pero ahora quieren extenderse también hasta allí, para apropiarse del oro, la plata, el agua o el zinc que albergan en su interior. Las comunidades campesinas son un estorbo para estas multinacionales, que organizadas en enti-
dades como el CUC pelean por sus derechos.

ALIANZAS CON LAS ORGANIZACIONES SOCIALES

Rosa do Carmo Oliveira inició su explicación sobre el MST con un repaso de la historia reciente de Brasil, caracterizado por ser un país muy rico y muy desigual, tanto en el reparto de la tierra como en el de la riqueza. Se trata de un país donde históricamente se ha protegido el latifundio. En un determinado momento histórico, a las tradicionales reivindicaciones del campo se le unieron ideologías como la teoría de la liberación o las luchas sindicales, lo que en 1984 desembocó en el nadimiento del MST a través de la unión de organizaciones fragmentadas.
Durante estos años el MST se ha caracterizado por su lucha en la recuperación de tierra a través de la ocupación de grandes extensiones abandonadas, una situación que es muy común en Brasil, donde grandes terratenientes cuentan con inmensas extensiones de tierra sin cultivar.
Superando la represión y la muerte de muchos de sus militantes por parte de los propios terratenientes, ha conseguido la implantación de miles de familias en tierras que antes estaban abandonadas.
El MST critica la agricultura dirigida a la exportación que se realiza en Brasil, reclamando una redisbribución del a tierra y la reforma agraria para terminar con el latifundio e impulsar la pequeña producción que se dirija al consumo local. Durante su último congreso, el MST ha dado un paso en el sentido de extender su lucha al resto de la sociedad, entendiendo que la consecución de la reforma
agraria debe ir ligada a una sociedad más justa e igualitaria, lo que le ha llevado a relacionarse con otras luchas no agrarias, luchas sociales para una transformación social del conjunto del país.

DE ACOGER REFUGIADOS A SUFRIR UN GOLPE DE ESTADO

INEHSCO es una organización que tiene su origen en la solidaridad con las luchas llevadas en El Salvador, por iniciativa de un cura obrero que se decidió por apoyar a las personas que huían hacia Honduras desde el país vecino. El hecho de organizar un comité de apoyo a los refugiados salvadoreños pronto fue considerado como algo subversivo, por lo que el movimiento tuvo que pasar a la clandestinidad. Un cambio en el nombre posibilitó volver a actuar públicamente a la organización, con el nombre Instituto Ecuménico Hondureño de Servicios Comunitarios (INEHSCO), pudiendo asistir las necesidades de los campamentos de refugiados.
«En ese momento se empieza a considerar que, por ejemplo, no se podía dar leche de Nestle a las personas refugiadas, y como el cura fundador del movimiento había trabajado con la medicina natural se empezó a indagar en la cuestión de la alimentación y la salud alternativa, con un cambio del patron alimentario», explicó Denia Mejía. De esa manera se inició un proceso de redescubrir alimentos tradicionales, conocimientos de cómo preparar medicamentos naturales y formas ancestrales»
No obstante la represión hacia el movimiento volvió a recrudecerse, lo que dificultó mucho el trabajo. En ese contexto, se formó una plataforma de las diferentes luchas sociales, lo que desembocó en una alianza con otras organizaciones para desarrollar una lucha conjunta contra el capitalismo salvaje. Las principales líneas de trabajo se centraron en la lucha contra las hidroeléctricas y las represas, la denuncia de las vulneraciones de derechos humanos, la denuncia de acuerdos económicos con Europa que suponían la entrega del país, y más recientemente la involucración en el Frente Nacional de Resistencia frente al golpe de Estado sufrido en Honduras.
El golpe de Estado de Honduras ha supuesto una nueva escalada represiva, provocando que muchas personas hayan tenido que salir del país por el riesgo que corría su vida.

ACCIÓN DIRECTA

La militante del SAT Ana Serrano denunció que en Andalucía tres millones de personas viven en la pobreza, el paro alcanza en el 40%, llegando al 60% entre la juventud.
Esta es la situación en la que trabaja el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), que nació fruto de la unión de 5 organizaciones, una de ellas el Sindicato de Obreros del Campo (SOC). Su lucha es revolucionaria y anticapitalista «la acción directa es nuestro camino, mediante ocupaciones de tierra,
de bancos, el AVE… También hemos organizado marchas populares, marchas de mujeres, o de jornaleros». Señala que más alla del trabajo estacional del campo y el turismo no hay opciones laborales en Andalucía, «el monocultivo también es un problema, por ejemplo en Jaén mucha gente vive del olivo y se ve obligada a emigrar como temporeros a Navarra o a Francia».
La reforma agraria que posibilite el acceso al campo es una de sus prioridades, dado que en Andalucía la tierra esta muy concentrada en pocos latifundios. Una de sus reivindicaciones es el Banco de Tierras Público, no en vano «la Junta de Andalucía tiene 10.000 hectáreas sin cultivar, cuando en Andalucía hay hambre».

Artículo original en el Baserri Bizia 58: VER AQUÍ