Informe de Greenpeace: «Injusticia alimentaria 2020-22»

Sin control, sin regulación y sin rendir cuentas: ¿Quiénes se benefician del hambre?

Este informe de Greenpeace Internacional ofrece una amplia perspectiva sobre cómo las 20 empresas agroalimentarias internacionales más grandes que pertenecen a los sectores del cereal, de los fertilizantes, de la carne y de los productos lácteos utilizan su poder para otorgar escandalosos beneficios a su accionariado mientras millones de personas mueren de hambre.

Para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU de Hambre Cero hay que cambiar el sistema. Este informe no hace más que reafirmar el punto de vista de Greenpeace sobre la necesidad de la soberanía alimentaria, visión que comparte, entre otras ONG, La Vía Campesina.

El informe también incluye la demanda de "un comercio mundial basado en la cooperación y los derechos humanos en lugar de la competencia y la coerción", además de avances políticos audaces y transformadores que empoderen a los pequeños y pequeñas agricultoras y frenen a las empresas multinacionales.

El sistema alimentario mundial afecta a casi todos los habitantes del planeta. Aunque las estimaciones varían, se calcula que alrededor de un tercio de la población mundial trabaja en el sector alimentario, un sistema sobre el que las empresas multinacionales tienen cada vez más dominio. Alrededor de una cuarta parte de los alimentos que consume el mundo traspasa una frontera internacional antes de ser ingerida.

Un pequeño número de grandes empresas cada vez tiene mayor control sobre las cadenas de suministro que distribuyen los alimentos. La enorme influencia que ejercen estas empresas hace que el sistema sea más vulnerable a impactos que pueden obstaculizar procesos esenciales, rompiendo la cadena y llevando a la población a pasar hambre.

En los dos últimos años hemos visto esos efectos cuando dos grandes crisis, la pandemia del COVID-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania, han afectado a las cadenas mundiales de suministro de alimentos. Si no se toman medidas urgentes para transformar el sistema alimentario mundial, a medida que avancen los efectos climáticos, las futuras crisis solo aumentarán las desigualdades existentes.