Se estrena en los cines de Iparralde el documental “Artzain soil”

Esta semana y durante el próximo mes se estrena en las pantallas de Iparralde el filme documental "Artzain soil", dirigido por Lucie Francini y Sabina Hourcade. El documental sigue a Maina, quien, tras seis años como pastora sin tierra, quiere anclar su vida en un lugar y, para ello, crea su propio negocio al margen de la familia.

Artzain soil kartelaLas directoras explican que quisieron dirigir su atención al mundo de la agricultura: "Nos parecía que los hombres y mujeres que trabajan la tierra lo hacen en condiciones demasiado precarias para el reto al que se enfrentan: alimentarnos". En su búsqueda de la persona que encarna una relación diferente con el mundo en el ámbito de la agricultura campesina, conocieron a Maina en mayo de 2020. "La radicalidad de sus opciones y la manera en que sus convicciones profundas pueden chocar con la realidad resonaron en nuestras vidas".

Volvieron a ver a Maina varias veces. "Nos cuenta que se encuentra al final de un ciclo. Tras seis años como pastora sin tierra, quería anclar su vida en un lugar. Como sus padres no eran agricultores, tuvo que montar su propio negocio al margen de la familia. Empezó a buscar tierras, un aprisco y una granja. En una región donde la situación de las tierras agrícolas es tensa, Maina sabe que va a ser una verdadera carrera de obstáculos. Este reto hace que queramos seguirla mientras se establece en el negocio".

Trailer del filme
REFLEXIONAR SOBRE NUESTRA RELACIÓN CON LA TIERRA

Maina pretende establecerse en una zona en la que el acceso a las tierras agrícolas se ha vuelto prácticamente imposible debido a la especulación inmobiliaria. En el País Vasco, la tierra cultivable escasea y se vende a precios demasiado altos para que los agricultores locales puedan establecerse en ella. Poco a poco, la tierra va perdiendo su papel de fuente de alimentos, para ser sustituida por casas de vacaciones y segundas residencias.

Según la asociación Lurzaindia, cuyo objetivo es preservar las tierras de cultivo, el País Vasco perdió más de 2.450 ha de tierras de cultivo entre 2015 y 2018. De forma más global, en los Pirineos Atlánticos desaparecieron 7.200 ha de tierras de cultivo entre 2000 y 2015 en favor de la actividad industrial y comercial y de la vivienda. (Fuente: según cifras de 2019 de la Direction Départementale des Territoires et de la Mer)

El caso de Maina no es un caso aislado, y el problema no sólo afecta al País Vasco. Hoy en día, muchas regiones de Francia y de todo el mundo se ven amenazadas por la especulación y el acaparamiento de tierras agrícolas. Según un informe publicado por el movimiento Terre de Liens en 2022, "en los últimos 10 años se han destruido 80.000 empleos agrícolas y ha desaparecido una quinta parte de las explotaciones agrícolas en Francia. Las que quedan siguen ampliándose, especializándose y mecanizándose, perpetuando un modelo agrícola insostenible para el medio ambiente e indeseable desde el punto de vista económico y social".

Relevo generacional

A ello se añade la complejidad de transmitir sus explotaciones a los agricultores que se jubilan y cuyos hijos no toman el relevo. De media, en Francia, 4 de cada 10 explotaciones son ampliadas por explotaciones vecinas y 1 de cada 10 pierde totalmente su vocación agrícola (Fuente: terre de liens). Atrapados entre su apego al patrimonio familiar, el deseo de transmitir la explotación a la persona adecuada, los precios indecentes del mercado y la necesidad de encontrar un lugar donde vivir, muchos agricultores se encuentran víctimas de un sistema que les supera.

Mientras tanto, la población agrícola envejece. Esto plantea la cuestión del relevo generacional en la agricultura. La necesidad de facilitar la instalación de las jóvenes generaciones en la agricultura, en particular de las que lo hacen "fuera de la familia", adquiere toda su importancia. Además de salvaguardar la soberanía alimentaria de una región, también está la cuestión del cambio climático. La agricultura a pequeña escala favorece la gestión racional del agua, el mantenimiento de la biodiversidad y la resistencia de los suelos.

Artzain soil es una película que trata todas estas cuestiones como telón de fondo.

LUCIE FRANCINI
(co-directora)
«Más allá de la película como objeto artístico, queremos que sea un medio para abrir el debate sobre cuestiones relacionadas con la tierra, la alimentación y el mundo de la agricultura. Por eso trabajamos con actores comprometidos para que la película tenga un impacto positivo. Como cineastas, es nuestra forma de contribuir a la creación de nuevas formas de pensar sobre la conservación del planeta. Se trata de ayudar a aumentar la conciencia medioambiental y la justicia social»