Auzolan, una herramienta para coser alianzas de mujeres

Convocados por el grupo de mujeres de Etxalde, 14 personas hemos realizado un auzolan de invierno el pasado 27 de enero. Lugar, caserío Pikunieta de Antzuola (Gipuzkoa). En la montaña. Pintado de tareas, quesería y almacén y cambio de subproductos de rebaño. Pero más allá de colaborar en estos trabajos concretos, el auzolan ha sido una gran oportunidad para conocer la realidad de los pastores Josebe Blanco y Exkerra. Y, de paso, el auzolan siempre es un buen momento para coser complicidades, conocer a otros compañeros, compartir la vida... El objetivo del grupo de mujeres de Etxalde es que el movimiento feminista se case y feminice a las mujeres baserritarras, y en ese camino tienen claro que el auzolan es una forma ideal de encuentro.

Nos citamos a las 9 de la mañana en la plaza de Antzuola. "¡Si lo hicierais en Bergara, mejor; esto es Antzuola, pero está más cerca de Bergara!", explica Joseba. ¡En efecto! Al partir el GPS se nos mareó cuesta arriba y nos llevó por un camino inútil por Antzuola... Vuelta y a Bergara, de allí al alto de Elosu, desde donde también nos costó coger la pista adecuada. Pikunieta está en los sitios, sobre todo si no se le conoce. En las pendientes entre el alto de Elosu y el monte Irimo; en el límite de los terrenos de Antzuola, Bergara, Azkoitia y Zumarraga.

Ir a vivir a Pikunieta desde la calle de Azkoitia fue una apuesta realizada hace unos 30 años por Exker y sus dos amigos. "Vivir del caserío y vivir en el colectivo era nuestro deseo". Y para ello, no recurrieron al camino fácil. El caserío Pikunieta estaba quemado; sólo quedaban algunas piedras, y en lo alto de él el pino acababa de sonar a matarrasas. Eso era todo. Y aguantaron el reto. Como cada proyecto de caserío que se ha conseguido recuperar, Pikunieta también daría lo suficiente para escribir su propio libro gordo. Mucho trabajo, muchos altibajos, y el reto especial que suponen los proyectos colectivos... Han pasado los años, y en Pikuniak trabajan el Exker, Joseba y tres niños de la casa. Se trata de un caserío de pastores, totalmente comprometido con la agricultura sostenible: hacen el camino desde lo pequeño, lo ecológico y el circuito corto. Resultado: ¡unos quesos increíbles! Cremosos, grandes tipo Ossau, queso azul... Los de Pikunieta son desde sus inicios miembros de EHKOlectivo, cuya casa ha sido recientemente la primera ubicación de la iniciativa Baserriko Uzta, con el concierto de Anari.

Auzolan, banquete y visita

¡Llega, saca la foto de grupo y a trabajar! Nos dividimos en tres grupos: unos a pintar los sapos de la quesería (que deben ser mantenidos todos los años por la humedad que supone la elaboración del queso), otros a vaciar y pintar el almacén, y otros a sacar y cambiar los subelementos del corral. ¡Qué gran cosa es el auzolan! Entre tantas personas hicimos los trabajos con fluidez. Mientras, los que coincidimos en el grupito compartimos nuestras vivencias. Eso también es la grandeza del auzolan, de verdad.

Nos unimos mujeres de todo tipo: cinco de nosotras están trabajando totalmente en las labores del caserío, otras dos con dedicación parcial, y otras cinco son callejeras que están aportando en el campo de la soberanía alimentaria o en el movimiento feminista. También tuvimos dos jóvenes compañeros, porque un amigo vino al auzolan con sus dos hijas! (Regresaron cansados y contentos a su casa, viendo nacer aún hasta dos corderos.) Algunas nos conocíamos, desde el grupo de mujeres de Etxalde, desde el estudio Baserritik Mundura, o desde el movimiento feminista de la zona de Bilbao... En las pikunias la complicidad, como el queso, se hizo más sólida.

Arreglamos al monseñor en la cocina con alimentos y bebidas llevados entre todos. ¡Aquí no hay mal alimento! De aquí y sano todo. También degustamos el excelente queso de Pikunieta, claro.

Y para terminar, conduciendo a Josebe, hicimos la Vía Láctea. En estos momentos cuentan con un rebaño de 131 ovejas latxa, y las nuevas están naciendo todos los días, "ya faltan poco para dar a luz". Los prados escarpados de la zona de la casa y las plantaciones de Irimorantza por el lado de Elosu sirven para pastar, y tienen arrendados muchos otros para el ganado seco: "cada vez es más difícil que las ovejas pasten sueltas y tranquilas en el monte, cada vez más cierres, más problemas con los perros sueltos con los peatones que andan por el monte o con los que andan en motos...". Nos habló de uno de los mayores problemas que tiene actualmente el pastoreo extensivo y permanente. En efecto, ¿de quién es la montaña? Si la respuesta es "de todos", ¿cómo debemos adaptarnos para mantener dignamente la vida de pastor milenario y garantizar el futuro?

Pikunieta es una casa abierta. La práctica de los alumnos de la Artzain Eskola de Arantzazu suele ser un lugar. También están en la red WWOOF (https://wwoof.es /), donde reciben a jóvenes voluntarios de todo el mundo a cambio de manutención para el trabajo, "les pedimos que hagan una estancia mínima de tres semanas para hacer realmente lo que aprenden". Elma, el joven catalán injeniari ha tocado esta vez en casa. También está con nosotros, enseñando el caserío.

Para secar la hierba utilizan un secadero de viento muy utilizado en Europa central, sin mirar siempre al cielo para conseguir una buena hierba... Y hemos terminado el recorrido viendo los lugares de ordeño de las ovejas y la quesería. Josebe es aficionada a estudiar y a hacer pruebas. Ahora trabaja con el queso azul: "hemos aprendido cómo va su arcillazo, que es diferente, y hemos aprendido también sus problemas...".

Disposición a aprender, que es lo que llevó a Josebe de dedicarse a la enseñanza al pastoreo: "dejé el campo de trabajo que controlaba y era un reto aprender a desenvolverme en un nuevo campo, ¡pero aquí estamos!". Y podemos decir que ese anhelo de aprender y actuar nos ha parecido ejemplar. Y su fuerza para dedicarse dignamente al pastoreo artesano ligado a la montaña.

Las mujeres de la granja vamos de vuelta montaña abajo. Cansado y a la vez con las pilas bien cargadas. Listos para emprender el próximo auzolan. Dispuestos a seguir consolidando alianzas.