Bajan los precios de los minerales críticos necesarios para la transición energética

Según la Agencia Internacional de la Energía, la oferta de minerales ha superado la demanda, y los precios de las baterías se han abaratado un 14%. Destaca que hacen falta más inversiones.

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[Berria]

La transición energética impulsada por empresas de distintos sectores y por los gobiernos de los países más desarrollados está causando problemas en los últimos años en la cadena de suministro de diversos minerales; la expansión de las infraestructuras de producción de energía renovable y los coches eléctricos ha incrementado considerablemente la demanda de litio, cobalto, níquel y otros minerales, y la capacidad de producción ha estado por debajo de ella en los últimos años. Pues bien, según la Agencia Internacional de la Energía, IEA, las inversiones en el sector minero han provocado un aumento de esta capacidad de producción y un descenso de los precios de estos minerales en 2023.

El litio es el que más se ha abaratado, ya que el precio de este mineral necesario para las baterías se ha reducido un 75% de 2022 a 2023. Los precios del cobalto, níquel y grafito se han reducido entre un 30 y un 45%, mientras que el manganeso, el aluminio y otros también son ahora más baratos, aunque no tanto. El uranio y la plata son los únicos minerales analizados por el IEA que se han encarecido. Los minerales más importantes de las baterías actuales más eficientes son el litio y el cobalto, que son los que más se han abaratado, por lo que las baterías fueron un 14% más baratas que en 2022 en 2023.

Esta caída de precios, sin embargo, ha provocado una reducción de las inversiones, dice el IEA, que cree que la minería debe seguir invirtiendo en estos sectores porque no se espera que la demanda caiga en las próximas décadas. En 2023 aumentó un 10% la inversión minera y un 15% los gastos de exploración: menos que en 2022. No obstante, la agencia señala que el nivel de inversión sigue siendo "sano". El IEA espera duplicar el mercado de minerales necesarios en la transición energética para 2040, hasta alcanzar los 770.000 millones de dólares.

La "expansión de las energías limpias" se ha incrementado en un 75% en 2023, según estimaciones del IEA, lo que ha requerido la construcción de más redes eléctricas, lo que ha provocado un fuerte aumento de las demandas de cobre y aluminio. Se han vendido 14 millones de coches eléctricos en el mundo en 2023, con una cuota de mercado del 18%, y prevé que en 2030 sean el 65%. Dado que la mayoría de las baterías que se producen — y de las más grandes — son para coches eléctricos, se calcula que la demanda de minerales aumentará en las próximas décadas. El IEA destaca que las grandes baterías de almacenamiento eléctrico también se están expandiendo mucho: «Es el sector de baterías donde más ha aumentado la venta.

Del impacto de la minería

El IEA ha comenzado este año a valorar por primera vez los riesgos de la minería de minerales críticos. Además de medir los riesgos que presentan las cadenas de suministro, también han analizado los riesgos geopolíticos y la fuerza que se necesitaría para responder en caso de corte de las cadenas de suministro. Según el IEA, el litio y el cobre son los que más problemas tienen en el suministro y en el volumen de producción, mientras que las tierras raras y el níquel son los que presentan más riesgos geopolíticos. También ven un problema en el entorno del grafito, ya que el mercado no está nada diversificado: China es, con diferencia, el principal productor (82%), y no se prevé que esto descienda.

También se han medido los problemas medioambientales, sociales y de gobernanza que puede generar la minería, pero no hacen mucha mención a ello. Señalan que es la producción de todos los minerales la que provoca daños en el medio ambiente. Para ello, ha considerado necesario "intensificar los esfuerzos" de reciclaje, innovación e impulso de los cambios para alcanzar los "objetivos climáticos" de los países.

Sobre su impacto en la sociedad, ha explicado que se ha mejorado en la seguridad de los trabajadores, en la igualdad entre hombres y mujeres y en la inversión comunitaria, además de explicar que cada vez se utilizan más energías renovables en el sector minero. También destaca que no ha habido mejoras en la generación de residuos, en la emisión de gases de efecto invernadero y en el consumo de agua.

La esclavitud moderna

La explotación del cobalto es una de las actividades más dañinas para el medio ambiente y las regiones mineras. De hecho, casi el 70% de este mineral se produce en uno de los países más pobres del mundo, la República Democrática del Congo, y, como explica el investigador estadounidense Siddharth Kara, un alto porcentaje del mismo es realizado por mineros artesanos.

Kara, que estudia la esclavitud moderna, ha realizado más de un viaje al Congo en los últimos años, concretamente escribió el libro Kobalto gorria como resultado del estudio. Explica que esta minería artesanal es totalmente informal y el cobalto extraído de ella acaba llegando a la cadena de suministro, mezclado con el cobalto extraído de la minería industrial. Se han creado varias asociaciones para asegurar que las cadenas de suministro están "limpias", pero Kara denuncia su hipocresía, ya que, según ella, este cobalto artesano llega a las grandes refinerías a través de la economía informal. «En definitiva, estas asociaciones sirven para que las grandes tecnologías occidentales digan que sus cadenas de suministro están limpias», opina Kara. El IEA también advierte de los problemas que tienen estas asociaciones.

Como ha explicado Kara, los mineros artesanos permanecen en las grandes minas entrando ilegalmente o cavando en las minas artesanales, y muchos de ellos son niños. Pues bien, la agencia ha quitado peso a la minería artesanal y ha explicado que se encuentra entre el 5 y el 15% de la producción congoleña, que espera multiplicar por 2,5 para 2024, pasando de 4.000 a 10.000 toneladas. Además, el IEA considera que la minería artesanal ofrece "ventajas socioeconómicas" y destaca que el cese de esta actividad aumentará la vulnerabilidad de algunas comunidades, aunque reconoce que el trabajo infantil podría acabar si se formaliza el sector.