La UAWC palestina afirma que el alto el fuego «no pone fin a la tragedia ni borra la devastación»

La organización palestina Unión de Comités de Trabajadores Agrícolas (UAWC) ha valorado el anuncio del alto el fuego como "una necesidad para aliviar el sufrimiento" de su pueblo. Sin embargo, "no pone fin a la tragedia" que padecieron, "ni borra la devastación dejada tras esta guerra".

UAWC Palestina

[La Vía Campesina]

Reproducimos a continuación el comunicado de prensa publicado a última hora de la tarde del 16 de enero por la organización palestina miembro de La Vía Campesina, la UAWC.

El pueblo palestino nunca ha flaqueado en la defensa de sus derechos ni en su resistencia contra todas las formas de opresión y colonización. Tras 467 días de la brutal guerra genocida de la ocupación israelí en Gaza, finalmente se ha anunciado, con demasiado retraso, un alto el fuego. Este anuncio es una necesidad para aliviar el sufrimiento de nuestro pueblo, pero no pone fin a la tragedia que han soportado ni borra la devastación dejada tras esta guerra.

Un alto el fuego no es justicia. La verdadera justicia implica la completa liberación de la ocupación, el desmantelamiento de los asentamientos que nos roban nuestras tierras y la restitución de la soberanía total sobre nuestros recursos y territorios. Justicia significa que l@s palestin@s puedan vivir con dignidad en Palestina, libres de bombardeos, desplazamientos o bloqueos.

Durante 15 meses, nuestro pueblo en Gaza ha resistido contra una máquina de guerra implacable. La ocupación israelí y sus cómplices imperiales masacraron a decenas de miles de palestin@s, con estimaciones conservadoras que sitúan la cifra de mártires en más de 50,000, incluidos más de 10,000 niñ@s. Los profesionales de la salud estiman que el número real de muertes directas e indirectas asciende a cientos de miles. Al menos 120,000 herid@s llevan ahora cicatrices que quizás nunca sanen, muchas de las cuales resultarán en discapacidades permanentes. En su intento de destruir el tejido de la vida palestina, la ocupación israelí lanzó más de 85,000 toneladas de bombas, incluidas sustancias químicas prohibidas internacionalmente, sobre Gaza. Esto equivale a seis bombas atómicas como la de Hiroshima y supera la cantidad de explosivos utilizados en la Segunda Guerra Mundial.

La ocupación no se detuvo en matar directamente a nuestro pueblo; destruyó deliberadamente todo lo que representa y sostiene la vida en Gaza. Este ataque israelí contra infraestructura crítica devastó hospitales, escuelas, sistemas de agua, redes eléctricas y fuentes de energía, en un intento de hacer imposible la vida palestina y convertir Gaza en un lugar inhabitable. El colonialismo de asentamientos israelíes apunta a la tierra, que es la esencia misma de Palestina. Para septiembre de 2024, la guerra genocida había destruido, según estimaciones conservadoras, más del 67.6% de las tierras agrícolas de Gaza, el 71.2% de los árboles frutales, el 67.1% de los cultivos de campo y el 58.5% de la producción de hortalizas. Estas cifras no son solo estadísticas frías, y lo que ocurrió en Gaza no puede reducirse a números. Esto es una catástrofe humanitaria fabricada que seguirá siendo una mancha en la conciencia global.

La Unión de Comités de Trabajo Agrícola (UAWC, por sus siglas en inglés) afirma que la tierra es nuestra vida, y la soberanía alimentaria está en el corazón de nuestra lucha por la liberación. La ocupación ha destruido nuestras tierras en un intento de privarnos de la capacidad de sustentarnos, cultivar nuestros alimentos y alimentar a nuestros hijos. Reconstruir nuestros sistemas alimentarios no es solo una necesidad económica; es una forma de resistencia y la fuente de la vida. Restauraremos la vida en nuestra tierra, sin importar cuánto los ocupantes intenten despojarla de su identidad.

Hacemos un llamado sincero a las personas con conciencia: no se detengan aquí. La solidaridad con nuestro pueblo no es una postura temporal, sino una obligación moral y humanitaria continua hasta que se logre plenamente la justicia. Los perpetradores de crímenes de guerra y genocidio deben rendir cuentas. Debe imponerse un embargo integral de armas para detener las que matan a nuestro pueblo. Y la reconstrucción de Palestina debe ser apoyada según una visión palestina, no dictada por la ocupación.

Trabajaremos incansablemente para rehabilitar nuestras tierras destruidas por la ocupación. Devolveremos la vida a nuestros campos y granjas, sanaremos nuestros huertos con agua limpia y cuidado, y nos apoyaremos mutuamente mientras perseveramos. Nos aseguraremos de que l@s palestin@s puedan seguir cultivando sus tierras, cosechando sus cultivos y alimentando a sus familias con dignidad.

A pesar de esta escala de devastación sin precedentes, l@s palestin@s han demostrado una vez más que nuestra voluntad de vivir es más fuerte que cualquier máquina de guerra. La resistencia de nuestro pueblo es una expresión profunda de nuestra creencia en la justicia y nuestro compromiso inquebrantable con la vida, la dignidad y la libertad, por brutal que sea la ocupación.

Esta tierra, por la que hemos sangrado, seguirá siendo libre. Nuestro pueblo, que ha soportado la muerte, seguirá firme en sus derechos. Nuestros mártires son el faro de nuestra dignidad, y nuestros heridos son la encarnación de nuestra resistencia.

Nuestra lucha no ha terminado. Seguiremos firmes. Seremos libres.