En la Cofradía de Pescadores de Santo Tomás de Armintza hay diecisiete pescadores: tienen sus pesqueros en la propia Armintza y en el puerto de Plentzia. Advierten de que la pesca está desapareciendo.

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La Cofradía de Pescadores de Santo Tomás de Armintza (Lemoiz) es la más pequeña de las cofradías de pescadores de Bizkaia, junto con la de Zierbena. Actualmente está formada por pescadores de Armintza y Plentzia. Son unas diecisiete personas. Hay tres pesqueros en el puerto de Armintza —Bihotz Alai, Beti Itsaso y Madari— y dos en el de Plentzia —Nuevo Aval y Izurde—. Alex Madariaga, presidente de la Cofradía y propietario del Madari, destaca que en los puertos están rodeados de embarcaciones deportivas: "En Armintza, seremos el 5% de las embarcaciones. La pesca está desapareciendo".
Son embarcaciones pequeñas las que se encuentran en Armintza y Plentzia. La mayor mide catorce metros de largo por cinco de ancho. Son de una media de doce metros. Por eso, no se dedican a la anchoa. Sus principales campañas suelen ser el verdel y el atún. También cazan otros pescados: lubina, rape, salmonete... Pescan con trenza o cordel. Normalmente el pescado es desembarcado en puertos cercanos.
Pescan desde marzo hasta Navidad y durante los meses de enero-febrero realizan labores de mantenimiento en los barcos. Suelen comenzar con los verdeles en marzo, pero en los últimos años cada vez llega más tarde al golfo de Bizkaia. Los pescadores vizcaínos han pescado este lunes el primer atún, capturado por Goienkale de Bermeo y vendido en el puerto de Avilés (Asturias, España) a 120 euros el kilo. Madariaga asegura que se ha vendido a buen precio, pero que los barcos pesqueros de Bermeo han pescado poco —525 kilos—. También en la campaña del año pasado fueron los pescadores de Goienkale los que capturaron los primeros atunes y entonces desembarcaron con más de mil kilos. La pesca del atún suele terminar después del verano.
Madariaga señala que notan la falta de pescado. Por ejemplo, el verdel ha disminuido mucho en aguas cercanas debido a la sobrepesca en Noruega. También considera grave la situación del atún. "Aquí las especies que están en la costa las hemos extinguido entre todos". Además, ha denunciado que, al igual que los agricultores, la burocracia es cada vez mayor para los pescadores.
Sin relevo
La edad media de los armadores y patrones de la cofradía de Armintza supera los 50 años. Hay marineros de entre 30 y 40 años. En el barco de Madariaga ha comenzado un joven de 20-25 años. «Ha estudiado en la escuela de náutica de Bermeo. Normalmente quieren ir al océano Índico en atuneros congeladores grandes y modernos. En ellos la vida es mejor que en nuestros barcos. Pero este que nos acompaña ha querido trabajar en un barco de bajura». En general, destaca Madariaga, faltan jóvenes que les cojan el testigo.
Insiste en que es posible vivir del mar, pero la profesión es "muy dura y sacrificada". Por eso, cada vez son menos los que quieren dedicarse a la pesca, lo que hace que los barcos estén cada vez más baratos. "No es lo mismo, pero se puede decir que los barcos son como taxis: ellos tienen licencia para transportar clientes, y nosotros para pescar una cantidad de toneladas; Cuando el propietario se jubila, no es posible venderlo».
El presidente de la cofradía de Armintza afirma que si las administraciones empezaran a conceder subvenciones para el desguace de barcos, la flota del golfo de Bizkaia se reduciría a la mitad, tanto en bajura, altura como en gran altura. "No se atreven a conceder estas ayudas porque saben que el día que lo hagan el sector pesquero va a desaparecer". Dice que en los puertos de Bizkaia hay muchos pesqueros que están parados esperando que en algún momento alguien los compre.