En una comparecencia en Sara, el 2 de junio, los agricultores del sindicato de Iparralde ELB han informado de la grave situación de la producción hortícola y han reclamado políticas públicas concretas para proteger el sector.

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Varios miembros de Euskal Herriko Laborarien Batasuna (ELB) han alertado de la falta de protección que sufre la producción de frutas y hortalizas en el Estado francés, en una rueda de prensa celebrada el 2 de junio en Sara, en la finca de los agricultores Maider Azarete y Sebastien Renoux. Subrayan que durante mucho tiempo "la producción vegetal ha permanecido silenciosa y olvidada", aunque la alimentación es fundamental para la soberanía.
Con el objetivo de poner de manifiesto la importancia del sector, ELB señala que la producción de frutas y hortalizas es un gran generador de empleo, que en la mayoría de los casos requiere un trabajo manual intensivo. Además, ha recordado que el 75% de esta producción se realiza en cultivo ecológico y que la mayor parte de la venta se hace a mercados locales y directamente. En este sentido, "la realidad del terreno y la falta de ayudas ponen en peligro las granjas vegetales", denuncian los horticultores.
El sindicato de agricultores plantea la siguiente realidad: el sector no recibe ayudas de la Política Agrícola Común (PAC), sistema que basa las ayudas en el número de hectáreas. Esto dejaría al margen, casi en su totalidad, la producción de frutas y hortalizas, que se dedica a las pequeñas zonas. Asimismo, no existen seguros adaptados a estas producciones ni "subvenciones efectivas por desastres naturales".
El sindicato ha precisado que las fluctuaciones del clima, como las intensas lluvias, la piedra, el viento y la sequía, también son cada vez más recurrentes. Los agricultores han recordado que estos fenómenos debilitan cada año las granjas.
"En Iparralde, el 80% de las hortalizas y frutas son importadas"
Los cultivadores explican que también existen numerosos obstáculos para crear las nuevas instalaciones, entre ellos la escasez de tierras adecuadas, las grandes inversiones iniciales y las elevadas cargas financieras en los primeros años. Por ello, los miembros del sindicato informan de que "el 23% de las granjas que se inician en la producción vegetal cesan su actividad durante los primeros seis años".
ELB advierte, además, de la necesidad de que Iparralde aumente su producción propia: "En la actualidad, el 80% de las hortalizas y frutos que se consumen aquí son importados". Según el sindicato, para lograr la soberanía alimentaria, la producción local debería incrementarse "al menos cinco veces".
Medidas urgentes
ELB ha reclamado la puesta en marcha de una serie de medidas. Primero, ha reclamado mecanismos eficaces para responder a las pérdidas provocadas por las calamidades naturales, junto con una vía más fácil de acceso a la tierra para dar paso a nuevas instalaciones. Además, requiere programas específicos de formación en los centros de cultivo (CFA). El sindicato ha reclamado ayudas para las inversiones y el apoyo a la producción, es decir, "material ergonómico, recursos contra plagas... y ayudas para hacer frente a las cotizaciones, sobre todo en los casos en los que se sufre una pérdida de cosecha".
Los agricultores de ELB recuerdan que el sector de las frutas y hortalizas es "imprescindible para garantizar una alimentación equilibrada y saludable", por lo que es "urgente" establecer políticas públicas especiales. Por último, exige "apoyo a quienes satisfacen las necesidades del territorio y de los consumidores" y el compromiso concreto de los cargos electos e instituciones para que el sector avance.